lunes, 1 de septiembre de 2014

PLEGARIA A MARÍA SANTÍSIMA DE LAS CRUCES PATRONA DE DAIMIEL



A MARÍA SANTÍSIMA DE LAS
CRUCES


PLEGARIA

Coro 1.º

Auxilio del cristiano que tu socorro implora,
consuelo del que llora
sin tregua en su dolor;
Salud del alma enferma que en tus consuelos fía,
¡oh celestial Maria,
fuente de puro amor!...
Postrados a tus plantas, llenos de fe sencilla,
los hijos de esta villa 
te elevan su oración;
Acoge su plegaria, y pues al bien conduces, 
¡oh Virgen de las Cruces,
sé nuestra salvación!


ESTROFA 1.ª

Por espacioso monte la soledad se extiende,
la tierra el sol enciende 
con su brillante luz;
Y fatigado, triste, sediento y sin consuelo,
sus ojos en el cielo 
clava Juan de la Cruz.
Tú su clamor escuchas, a su socorro vuelas;
tú su dolor consuelas; 
por ti cobra vigor.
Y ardiendo en fuego santo su corazón de niño, 
refiere con cariño
portentos de tu amor. 

Coro 2.°

Por eso a ti que amparas al que tu auxilio implora,
consuelas al que llora
y aplacas su dolor,
Rendidos te adoramos con fervorosas preces.
¡Bendita una y mil veces
por tu divino amor!...
Por eso hasta tu trono, llenos de fe sencilla,
los hijos de esta villa 
te elevan su oración.
Acoge nuestros votos, y pues al bien conduces,
¡oh Virgen de las Cruces, 
sé nuestra salvación!


ESTROFA 2.ª

Cansancio y tedio acosan al alma entristecida, 
del valle de la vida
las sendas al cruzar.
Las luchas la acobardan, el riesgo la amedrenta.
y su inquietud aumenta
y crece su pesar...
En ti anhelante busca consuelo a su quebranto;
tu nombre puro y santo
pronuncia con fervor...
Y de su fe cristiana el galardón alcanza...,
renace su esperanza
y acaba su temor.

Coro

Por eso a ti que amparas al que tu auxilio implora, 
consuelas al que llora
y aplacas su dolor,
Rendidos te adoramos, etc.


ESTROFA 3.ª

Tú das a nuestros campos el riego apetecido
cuando, a tus pies rendido,
te implora el labrador.
Por ti mortal contagio del término se aleja,
por ti el enfermo deja 
su lecho de dolor.
Tú eres el santo escudo que al pueblo fiel defiende 
de la impiedad que extiende,
con su maldad, Luzbel.
Tu santo amor de madre nos servirá de guía,
pues eres, oh María,
¡la gloria de Daimiel!

Coro

Por eso a ti que amparas al que tu auxilio implora,
 consuelas al que llora
y aplacas su dolor, etc.


Fray Manuel de Oviedo y Treviño
Del hábito de Calatrava y Cura que fue de
la Parroquia de Santa María de dicha Villa