domingo, 15 de diciembre de 2013

EL OPUS DEI Y SU MISIÓN - PADRE JULIO MEINVIELLE


EL OPUS DEI Y SU MISIÓN 
La sinarquía – El gobierno mundial – Los judíos 

Hacia alrededor del año treinta, la configuración del mundo con respecto a estos tres pueblos fundamentales, era la siguiente: los pueblos paganos se habían concentrado en torno de la Alemania de Hitler, el pueblo judío, que dominaba el área civilizada de la tierra, se había concentrado en los Estados Unidos y los pueblos cristianos habían desaparecido como poder político de la escena mundial. La guerra europea del 14-18, al derrotar a la Alemania del káiser, había radiado también del mapa de Europa a los Ausburgos, últimos restos del Imperio romano-germánico. El Austria de Dolfuss y el Portugal de Oliveira Salazar apenas pueden considerarse un intento de embrión de un nuevo Estado cristiano. Mejores esperanzas prometía la Cruzada anticomunista de la España del 36, donde requetés y falangistas, oponiéndose con la bravura de leones al avance judeo-comunista, detuvieron por entonces este peligro en la Europa occidental. Pero allí, el pueblo judío aprendió tan sólo una lección: la raza hispánica es imbatible de frente, pero sólo de frente. Puede ser traicionada si se acierta en proporcionarle un tratamiento debidamente dosificado de “cristianismo y mundo moderno”, con el que, bajo la apariencia de apostolado, se le inoculen los virus de la anti-religión y de la anti-patria. Tal iba a ser la misión en la España franquista del “Opus Dei”. La heroica España del 36 ha sido totalmente prostituida y envilecida y, hoy en la década del 70, ha quedado totalmente ganada para el mundo judío. Al menos por ahora y, al parecer, en cierto modo de manera definitiva, los pueblos cristianos, como poder de fuerza política, han sido erradicados de la tierra. Todo ello coincide con el eclipse de la Cristiandad. Decía antes, al hablar del Anticristo, que la manifestación de este personaje misterioso está detenida mientras haya en la tierra un poder que se le oponga; y que este poder es el Imperio Romano, que de temporal se había trocado en espiritual. Ahora bien, si la cristiandad ha desaparecido de la tierra, y todo parece así indicarlo, quiere ello decir, que entramos en el reinado del Anticristo y en su preparación próxima, en la cual no tendrán actuación relevante sino los pueblos paganos y el pueblo judío. Tal la significación del momento histórico de la década del 30 y del 40 del presente siglo. 

En estas dos décadas, se cumplen hechos de significación universal. El cristianismo queda eliminado como poder político. Y se cumple la gran batalla entre las potencias paganas y el pueblo judío. Como resultado de la misma las potencias paganas son completamente derrotadas y el triunfo judío se establece victorioso sobre el haz de la tierra. Los judíos aprovechan este triunfo para instalarse en Tierra Santa, de la que habían sido desalojados por los ejércitos romanos de Tito y Vespasiano, en el año 70 de nuestra era, y allí forjan el Estado judío, de acuerdo a lo proyectado por Teodoro Herzl en el congreso de Basilea y en consonancia con viejos sueños milenarios. El Sionismo o el Estado judío debe ser vinculado con los Protocolos de los Sabios de Sion, en que los judíos, en el mismo congreso de Basilea, elaboran los programas de dominación mundial, que ha de coincidir con el reinado del Anticristo. 

Mientras los judíos levantan el Estado judío de Israel con Jerusalén como ciudad madre, no descuidan los programas de la diáspora y, tan no los descuidan, que les prestan especial atención. Es muy posible, y casi seguro, que por encima del Sionismo que se concentra en Israel, y de la diáspora, cuyo centro lo mismo puede ser Nueva York que Londres o Basilea, se halle un poder más alto, que dirija las maniobras encontradas de una y otra fuerza judía. Porque también es cierto, que entre los intereses del sionismo y los de la diáspora existe una tensión o rivalidad, que los lleva a enfrentamientos relativos. Relativos digo, porque si por encima de cada uno de ellos hay un poder judío más alto que dirige y complementa la acción de cada bando, es posible dirigir todas las acciones de cada una de las fracciones hacia una armonía que asegure en definitiva la dominación judía sobre todos los pueblos, teniendo a la Tierra Santa como capital del Universo. Es decir, que se obtenga una conjugación de las aspiraciones del Sionismo contra la de los judíos de la diáspora. Los judíos infiltrados en todos los pueblos y dueños de la cultura, de la economía y de la política de todas las naciones han de trabajar en hacer más férrea su dominación por una parte y , por otra, en aprovecharse de las riquezas que estos pueblos producen para el acrecentamiento del Estado de Israel. Por ello, los judíos, al entregar su esfuerzo al Estado de Israel, no han abandonado sus lazos e intereses con los pueblos de la diáspora, sino que los han acrecentado. Esto nos lleva a decir una palabra sobre la “Sinarquía”, que es el movimiento de proyección universal manejado por los judíos, que ejerce una especie de liderazgo sobre los negocios económicos y políticos de los pueblos. 

Sinarquía de la palabra griega “sym”, con, y, “arqué”, principio, iniciación, significa cogobierno o gobierno equilibrado porque en él se realiza un cierto equilibrio de los poderes y tendencias del mundo. Es el programa para el gobierno mundial ideado por el famoso ocultista Saint Ives d´Alveydre a fin del siglo pasado, y descubierto por la policía francesa en los archivos de las altas logias en casa de renombrados masones como p.ej. de Gaston Martin, autor de una HISTOIRE DE LA FRANC- MACONNERIE FRANCAISE. Este programa consta de 13 proposiciones y 598 artículos y ha sido publicado por LECTURES FRANCAISES en un número especial de febrero de 1962 con el título, LES TECHNOCRATES ET LA SYNARCHIE. El gobierno inaugurado por el General De Gaulle se ha ajustado a dicho programa, que por otra parte, es el mismo que el de la Banca Rotschild. La conducción del programa sinárquico es llevado a efecto por los “Bilderbergers”, llamados así por una reunión secreta realizada en esa ciudad de Holanda en 1954 y presidida por Su alteza el príncipe Bernardo de Holanda. Entre los Bilderbergers figuran personajes de representatividad mundial de la talla de Henry Kissinger, el asesor de Nixon para la política exterior. Y como él, otros cien personajes de la más alta influencia. El programa de la Sinarquía envuelve todos los problemas de humanidad, tanto del plano biológico como económico, político, cultural y religioso. En una de las últimas reuniones que tuvo lugar en Woodstock, Vermont, E.E.U.U., los días 22 al 25 de abril de 1971, estuvieron presentes, entre otros representantes de los gobiernos de Holanda, Canadá, Alemania Federal y Suecia; personajes influyentes de los gobiernos de Bélgica, Noruega, Suiza, Inglaterra y Estados Unidos; hombres de prensa y radio de Dinamarca, Francia e Italia; y finalmente, el Sionismo, la alta banca y la industria internacional acudieron en verdadero pleno y como un solo hombre. El Cruzado Español de Barcelona fue la única publicación que dio cuenta de la reunión en sus números 356-9 y 369-1. En el número 356-9, en el que El Cruzado Español daba cuenta de la reunión, dice que ha tomado la noticia del Newsletter Washington Observer, y que “el informante del W.O. declara que todos los invitados –incluyendo particularmente a Kissinger y a Trudeau – mostraron una gran deferencia hacia dos judíos que asistieron anónimamente. Los nombres de estos dos judíos no se hallan incluidos en la lista secreta de invitados que acabamos de dar y W.O. no conoce su identidad”. Y el mismo número del Cruzado Español añade la siguiente observación: “Se estima que el grupo Bilderberger está situado solo a dos estadios de distancia de la cima del Gobierno secreto que rige el mundo. Por encima de los Bilderbergers hay solo dos niveles de la Internacional Sionista”. 

Nos hemos detenido en este asunto de los Bilderbergers porque ello no hace sino confirmar la tesis de Pierre Virion sobre La Sinarquía – El Gobierno Mundial- Los Judíos, que expone en su libro, el gobierno mundial y la Contra-Iglesia. 

Capítulo extraído de la obra: LOS TRES PUEBLOS BIBLICOS EN SU LUCHA POR LA DOMINACIÓN DEL MUNDO. Notas para una filosofía de la historia del Padre Julio Meinvielle. Ed. Dictio – 1974. (Este capítulo fue escrito en 1973; el resto de libro en 1937).

TRADICION CATOLICA Nº 47
Abril, 1989